martes, 19 de febrero de 2013

SÍNDROME DE ESTOCOLMO... o me parece que te quiero



La ventaja que tiene haber nacido tío en éste nuestro mundo, es que en cualquier momento te puedes ir a comprar tabaco.

Y yo como La Reina que soy lo tengo claro y tengo a mi Pé bien atado a la pata de la cama.

Por si se le antoja un cigarrillo.



Aunque hace cosas que, empiezo a creer, demuestren un poco de Síndrome de Estocolmo:


Comerse lo que cocino. Y decir además, que está buenísimo.


Acoger a mis pies en la cama por muy helados que estén.


Adorar mis tacones, a pesar de que cuándo me los pongo le saco una cabeza.


Presentarse en una gasolinera, a las tantas de la noche, y pedir por ventanilla unas súper ultra con alas.


Secuestrar y amordazar a los enanos cada vez que necesito silencio.


Tragarse mis mierdapelis, mierdaseries y mierdaprogramas de vez en cuando.


Levantarse a matar un bichoasqueroso sea la hora que sea y sin importar el rato que lleve durmiendo.


Comerse las pasas de la bolsa de frutos secos. Todas.

Cargar con la bolsa más pesada de la compra.

Entender que unos suegros son siempre unos suegros por muy padres suyos que sean.

Tomarse un ColaCao cuando sólo queda una cápsula de Nespresso.



Y muchas otras cosas más que empiezan a despistarme.

Voy a apretar el nudo, que me da a mí que éste no es de fiar.











2 comentarios:

  1. Según iba leyendo el iris se me convertía en corazoncitos rojos y tenía claro que eso era amor. Pero cuando he llegado a lo de las pasas me he dado cuenta: no es amor, ¡¡claramente es masoquismo!!

    Y si ya se come los garbanzos de algunas, creo que debería hacérselo mirar


    MrsMaggot

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  2. Lo de las pasas es muy duro hasta de ver.

    Encima dice que disfruta...

    Gracias por tus comments :*

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